Diferenciación entre odio y perjuicio
- AMP Victoria Kent
- 9 oct 2018
- 2 Min. de lectura

El “odio” es un sentimiento de profundo disgusto, que puede tener carácter universal, y que no tiene por qué estar necesariamente presente en los crímenes de odio. Por tanto, sería menos equívoco hablar de crímenes motivados por prejuicios, en tanto que el prejuicio más que un sentimiento es una opinión sin sustento suficiente en el conocimiento y, por lo general, resulta del miedo o la desconfianza frente a ideas diferentes de las propias. El prejuicio constituye un elemento sine qua non de aquella violencia que se dirige hacia ciertos individuos o grupos cuando éstos pertenecen o parecen pertenecer a una o varias colectividades que han sido estigmatizadas en la sociedad y la época en las que la conducta violenta tiene lugar (Gómez, 2005)
Literalmente, la noción “crimen de odio” puede engañar. Muchos crímenes que son motivados por odio no se categorizan como crímenes de odio, mientras que un crimen en el que el perpetrador no siente “odio” hacia la víctima en particular puede ser considerado un crimen de odio (Hate crime laws, 2009).
Según la guía práctica sobre los crímenes de odio (Hate crime laws, 2009), éstos pueden cometerse por muchas diferentes razones, tales como:
-Resentimiento, celos o deseo de aprobación de los compañeros;
-Pensamientos o sentimientos hostiles sobre el grupo al que pertenece la víctima;
-Hostilidad hacia todas las personas que están fuera del grupo en el que el autor se identifica;
-Representación de una idea, como la inmigración, hacia la cual el perpetrador es hostil.
Entonces, independientemente de la ausencia de odio contra el objetivo, cualquiera de estas motivaciones sería suficiente para cualificar un caso como crimen de odio si además se cumple la característica de que exista una infracción como base.
コメント